3 may 2013

Mi baúl

Hace unas semanas me di cuenta de que me encanta sentirme minúscula en un mundo grande. Por eso cada vez que camino sola entre una ciudad de edificios altos, entre una gran explanada o entre un gran paisaje me siento tan bien. Me gusta sentir que el mundo se me queda grande. Y resulta curioso porque eso tendría que darme inseguridad y en su lugar es lo que hace que me sienta segura. 

composición fotográfica. Una joven sentada mirando al infinito con las piernas cruzadas y un largo collar. Edificios altos y una cadena.


Algunos catalogan a mi generación como la más formada, egocéntrica y conectada de la historia. Y creo que no distancia mucho de la realidad. Aunque no soy partidaria de las definiciones generacionales. Creo que vivimos en una época de hedonismo y búsqueda de algo transcendental en cosas materiales que nos hace buscadores insatisfechos de algo que nos de momentos de intensidad constantes. Haciéndonos impacientes permanentes e inconformistas crónicos. Buscando aquello que nos han vendido como la eterna juventud.

Hay días en los que me recrearía en una canción y solo viviría escuchándola, dejando pasar las horas y dejándome llevar con su melodía. Hoy es uno de esos días y he decidido que tengo que luchar contra ello. 

Llevo unos meses que siento que estoy perdiendo mi esencia, soy menos capaz de pararme a pensar cómo me siento o qué siento. 

Las personas o los acontecimientos que vivo no me calan como antes. Viviendo superficialmente, dejándome llevar por lo que tengo que hacer en el día sin pensar si es lo que realmente quiero hacer ese día. Con ganas de hacer cosas pero delegándolas a "dentro de un año". Forzando momentos obligados para pararme a hacer eso que solía hacer a menudo, pensar, crear, pintar, escribir, dibujar, inventar, sin que nada de esto surja. 

Mi libreta de ideas lleva dos meses con 5 páginas en blanco.

Incluso ya no me preocupo si se me olvida meterla en el bolso, -"así pesa menos"- pienso. 


Composición fotográfica. Fotografía de una chica delante de un fondo de flores sobrepuesta en una imagen de mar pintada a óleo.

Mi cuarto está lleno de carpetas con recortes, libretas con ideas, cajas con materiales para decorar, todo sin utilizar. Recuerdos de lo que soy que hoy no encuentro forma de darle. Pero es curioso porque no estoy triste, no estoy mal, solo indiferente. Las cosas no me calan como antes o tal vez antes me calaban demasiado y ahora llevo chubasquero. Este es mi baúl. Ahora toca ordenarlo. 

Quizás siempre delegué cosas para el futuro por miedo a quedarme sin nada cuando este llegara sin darme cuenta de que el futuro nunca llega. 

Creyéndome ese dogma que no sé cuándo inventé, que dicta que cuando uno crece se olvida de quién fue y quién es. 

Quedándome un presente de delegaciones para un mañana que no tiene fecha. Quizás deba ponerle horas al tiempo. Darme cuenta que soñar también es actuar. Y aprender que no siempre hay porqué ser 100% imaginativa. Y que no es malo que no todo sea una explosión de emociones. 

Detalle de una parada en medio de un viaje en coche.

Este es un post que publico aunque no siento la necesidad de ello, creo que nunca me había pasado antes. Pero lo hago por si alguien que conozco lo lee que no se tome muy a pecho si ve que estoy más racional de la cuenta. 

Composición fotográfica. Una chica entre edificios descoordinados mira hacia sus pies. Lleva un calcetín rosa en su pie derecho y otro azul en el izquierdo.

De algunas de estas cosas me llevo percatando desde hace unos meses y la jugada remató unos días atrás en una conversación sin zapatos en una discoteca granadina. 

(Esto junto a otra posterior conversación al día siguiente de sobremesa. Hablando sobre planes de futuro y la pregunta-afirmación que me hicieron: "¿por qué no te dedicas a ser artista?". -Dicha como si ser artista fuera lo más normal del mundo- y mi respuesta: "siendo artista no se come."
Me asombra cómo mi racionalidad nunca existente apareció en ese momento.)

Tal vez no esté perdiendo mi esencia sino dando un tiempo a mi cabeza que ya está un poco harta de profundizar, que ahora se da cuenta de que toca ordenar; porque el caos es donde me siento segura pero no es el lugar que más me conviene. 

"Estamos en una era de conflictos con el pasado, época de mutación y cambio continuo, la era del ‘contrato con lo temporal’ y esta influencia cultural crea el afán de que queramos que todo lo que comunicamos esté dotado del concepto de novedad. Cuando esto no siempre es o tiene porqué ser así."


Composición fotográfica. Fotografía de una chica sonriendo sobre un fondo de flores y con imágenes de campo en los bordes.

2 comentarios:

rodya dijo...

Me gusta mucho el segundo párrafo, creo que no le añadiría ni una coma.

Escribir un post sin ganas no creo que sea malo, no siempre se tiene que tener algo que contar a los demás. Este rincón, a veces, también sirve para sacar todo eso que tenemos guardado y no sabemos cómo ni dónde compartirlo.

No creo que comer siendo "artista" sea fácil. Pero lo más difícil es luchar contra ese miedo... Probablemente no te lo habías planteado en serio, o sí, pero al oírlo de otra persona a uno le puede entrar vértigo.

Recuerdo una charla de Arancha en LEX, hará ya medio año, en que contó el caso de un chico que era un apasionado de las guitarras, no sé si te acordarás... El mayor enemigo es no creérselo ;)

Laura dijo...

Gracias por el comentario allormo ;-) (por si no quieres desvelar identidad). Tal vez sea eso, que siempre lo tuve como posibilidad pero nunca como idea real y ahora me estoy dando cuenta de que si quiero que sea una realidad no va a ser tan fácil como imaginarlo.

No me acuerdo de la historia de las guitarras. Pero sí, el mayor enemigo es no creérselo. O que vayas perdiendo las ganas de serlo al ver que será más difícil de lo que en un principio parecía.