Habrá quien me pregunte “¿y por qué esto de tener un blog?” “¿por qué colgar fotos con la ropa que llevas?” “¿por qué escribir lo que se te pasa por esa cabezota que llevas sobre los hombros todos y cada uno de los días?”
Y yo le contestaré que no sé porqué, pero que dentro de mí hay algo que me obliga a expresar lo que siento, a sacar fuera las ideas que se agolpan en la cabeza.
Desde el verano pasado llevo conmigo una libreta en la que apunto todas esas ideas (o “flaxes” como yo las llamo) que me vienen a la mente sin avisar previamente. Sí, es así. Mis ideas no entienden de días u horas en las que no es oportuna su llegada. Parece precisamente que llegan los exámenes y estas se rebelan contra ellos y mi persona. Y en el momento de mayor concentración, de mayor importancia, en el que no imaginas que nada te pueda interrumpir… aparece (y sin llamar a la puerta) una de mis adorables y queridas (pero descaradas) ideas. Entonces dejo los apuntes a un lado. Me levanto. Voy hacia la estantería. Cojo la libreta y plasmo en un boceto acompañado de una detallada frase ese “flax”, esa imagen que repentinamente ocupó mi mente durante unos instantes. Y me decido a dejar la libreta en la estantería y vuelvo a mis apuntes. Y entonces, nada más estoy terminando de leer la frase en la que me quede… otra repentina idea interrumpe mi lectura.
Desde muy pequeña, cada vez que una de estas ideas me visitaban, corría a por un folio y las apuntaba para que no se me escaparan. Pero llega un punto en el que tengo que decir que tras la semana de exámenes en la que me encuentro, estoy acabando un poco harta de ellas. De mis inoportunas ideas. Y ahora yo les hago una pregunta: ¿por qué? ¿por qué me tienen que visitar la mayoría de las veces en estas fechas? Parece que les gusta hacerme de rabiar…
Pero más allá de rebelarme contra ellas, como ellas hacen contra mis exámenes, he descubierto algo. Las ideas me visitan en los momentos de mayor concentración. Y es que alguien dijo alguna vez que “en momentos de crisis hay superávit de imaginación”.
Y aquí te dejo un detalle de mi libreta...
¡Hasta pronto!
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