Llega el otoño y con él los jerseys, los pantalones de punto jacquard, las botas de cuero y las de agua. Que cubran la rodilla o que no tapen ni el tobillo. Enseñamos los calcetines y nos cubrimos de pelo por dentro y por fuera de nuestros abrigos y botas. Nos llevamos las flores de la pasada primavera para que hagan contraste con las hojas que pisarán nuestros pies. El tejido demin no faltará en nuestro armario y el contraste de materiales será la clave. Afrontaremos el frío con guantes de colores, gorros, pañuelos al cuello, zapato abotinado y una larga trenca o un abrigo de corte clásico o una chaqueta de borregito sin mangas. O por qué no, uno para cada día. Porque al fin y al cabo... ¡el otoño es todo tuyo!
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